OBEDÉCETE A TI MISMA

Da miedo muchas veces pensar en que manera estamos condicionadas por el hecho de ser mujeres, y da más miedo aún pensar que no nos damos cuenta o muy poquita. Hacemos gala de nuestra libertad ( claro,las que podemos o nos lo creemos) pero, pobres ilusas… ya nos gustaría. No somos tan libres, buceemos en nuestra realidad, en nuestros sentimientos de culpabilidad cuando nos aclopamos a lo que se espera de nosotras, pensemos cuantas veces nos hemos sentido mal porque hemos pensado que “no nos apetecía ir a cuidar a la abuela”, cuando hemos querido viajar lejos, muy lejos y nos ha frenado la pareja ( si me quisiese…) , o cuantas veces hemos dejado de ir al cine porque está toda la casa tirada. O también, “ya me toca ir a ver a mis padres, hace meses que no lo hago…que mala hija”, o cuando no cumplimos con bondad y sosiego lo que los hijos e hijas nos piden. Nos aclopamos a lo que se espera de nosotras como nietas, como hijas, como parejas o como mujeres, ya basta de no darnos margen de libertad.Haz lo que tú te pidas, no obedezcas normas sociales, OBEDÉCETE A TI MISMA.